miércoles, 30 de abril de 2008

Primer artículo de análisis personal


Comprueban que premios son más eficaces que castigos para mejorar la conducta escolar

Un estudio del Instituto de Educación de Londres encontró que es mejor motivar a los niños a lograr comportamientos deseados en asistencia, puntualidad y clima escolar que sancionarlos.

Elizabeth Simonsen

¿Se acuerda cuántas anotaciones negativas tuvo en el colegio? Seguramente más de una. ¿Pero recuerda cuántas anotaciones positivas recibió? Bastante menos, aunque se haya portado muy bien.

Es un hecho que el sistema escolar está más basado en los castigos que en incentivos. Una realidad que acaba de enterrar el Instituto de Educación de Londres.

Luego de revisar una decena de estudios y de políticas aplicadas en varios países para mejorar la conducta y asistencia en las escuelas, los investigadores Susan Hallam y Lyne Rogers concluyeron que las recompensas y los premios funcionan mejor que los castigos cuando se quieren lograr conductas, como la puntualidad, asistencia a clases y mejorar el clima en la sala de clases.

Los expertos chilenos coinciden en el diagnóstico. "Son más efectivos los reconocimientos que las sanciones, porque con los primeros valoras el aporte del sujeto y el deber se construye con un sentido interno; con los castigos la conducta se ve como algo externa, sin que el sujeto se responsabilice de ella", dice María Alicia Haltegaray, sicóloga y doctora en educación.

En Chile, aunque muchos educadores prefieren no premiar lo que, se supone, debe ser un deber de parte de los alumnos, hay otros que sí buscan reforzar lo positivo. Es el caso de los colegios del Sagrado Corazón de Concepción, de los Pumahue y Manquecura, San Lorenzo de Recoleta, y del Instituto Miguel León Prado, de San Miguel, donde, entre otras cosas, se otorga a fin de año una distinción a los alumnos con asistencia completa.

En el primer establecimiento se premia a quienes tienen asistencia completa y puntualidad. En el San Lorenzo, su rectora, Patricia Jara, explica que con estos incentivos buscan reconocer en los alumnos los valores que el colegio busca promover, como el orden y la responsabilidad.

¿CULTURA DE CASTIGOS?
Son, en todo caso, excepciones, porque como reconocen en la Unicef, la mayoría de los colegios opta por una cultura coercitiva. "No existe consideración sobre los premios e incentivos, y no hay mensajes sobre las conductas deseadas. En los colegios con un proyecto educativo más delineado, hay algunos mecanismos, pero son pocos", dice Daniel Contreras, consultor de la Unicef.

Algo similar encontraron dos estudios realizados en 2001 por Haltegaray. Según sus resultados, los escolares chilenos tenían disociados las normas y los castigos. "Ajustan su comportamiento para evitar las sanciones y no porque tengan internalizadas las conductas. Es bien primitivo desde el punto de vista de madurez social", dice la experta.

El problema es que la disciplina en base a sanciones suele tener efectos contraproducentes, dice la coordinadora del programa Valoras UC, Ximena Bugueño.

No cambia la conducta, sino más bien que el niño sólo evita hacerla en presencia de la persona que sanciona, tampoco se fomenta el autocontrol y la responsabilización por los actos y sus consecuencias, no hay espacio para el diálogo y por tanto no existe la posibilidad de comprender los motivos que llevaron a transgredir las normas, además se deteriora la relación castigador-castigado.

En todo caso, los expertos coinciden en que los castigos no son intercambiables por premios y que tampoco hay que abusar de los segundos, ya que pueden tener un efecto contraproducente. Esto es que los niños terminen actuando motivados sólo por recibir el reconocimiento y no por el comportamiento mismo.

Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la política de premiar con dinero las buenas notas de los alumnos vulnerables en Estados Unidos, iniciativa que partió en Nueva York, pero que ha sido replicada en varios estados, aunque con fuertes cuestionamientos y resultados contradictorios.

(La Tercera, Domingo 27 de abril de 2008)


La educación marcada por los "no" está quedando obsoleta. Hoy el enfoque es definir qué se quiere desarrollar en los niños y, a partir de eso, estimularlo.


Pía Orellana G.

“Mientras observábamos una clase de niños de siete años en Cuba, de pronto uno de ellos se desconcentró y dejó de leer el libro que estaban estudiando. El profesor se limitó a mirar al niño y a sonreírle. El niño le sonrió levemente de vuelta y volvió a concentrarse en su tarea. Lo que yo vi ahí fue una relación muy afectuosa entre el profesor y sus alumnos”.
El testimonio es de Hans Wagemaker, director ejecutivo de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo para TIMMS, quien en 2004 visitó el país centroamericano con el fin de encontrar las claves de su “éxito” en el ámbito educacional. Según el experto, la razón por la cual Cuba figura en los primeros lugares es el cultivo de cierto “clima escolar” enfocado en la relación profesor-alumno. Y no mucho más.

Cambio de enfoque
¿Qué está pasando? ¿Será posible que las relaciones interpersonales determinen tanto el futuro de los niños? No es tan simple, pero a grandes rasgos, sí.
Lo que pasa es que ha habido un cambio en la manera que se enfoca la educación, sobre todo la escolar. Tradicionalmente, ésta ha sido más bien restrictiva. Es decir, basada en reglas explícitas que indican a los alumnos lo que no deben hacer.
Pero en el último tiempo se han desarrollado distintas estrategias que dan cuenta de un cambio de enfoque, uno más... positivo.
Claudia Romagnoli, psicóloga y coordinadora general de Valoras UC, un programa que crea herramientas para formar en valores y habilidades socioafectivas, señala: “ Se ha observado que enfocarse en el comportamiento negativo sólo consigue reforzar ese comportamiento. Lo común es que si un niño molesta, la profesora detenga la clase y lo rete; le está prestando atención. Pero, ¿qué pasa si, por el contrario, felicita a los que están atendiendo? Refuerza el comportamiento positivo”.
En otras palabras, señala la académica, para desarrollar actitudes positivas, valores, habilidades, conocimientos, es necesario estimular y reforzarlos. Y eso no se logra diciéndole a los niños lo que no tienen que hacer, sino lo que pueden hacer.

Llevarlo a la familia
Aunque esta aproximación está planteada principalmente a la comunidad escolar con el fin de lograr un ambiente positivo de trabajo en alumnos y profesores, hay aspectos que pueden ser tomados en familia y que viene bien conocer.
Lo primero que se necesita es un cambio de actitud de parte de los padres: en definitiva, que valoren más los aspectos positivos de la vida cotidiana y consideren menos los negativos. No se trata de ser permisivos ni de hacer vista gorda a situaciones que merecen reto, sino que reforzar las cosas buenas. Así podrán generar un ambiente general más grato en la familia.
“¿Qué señal le damos a nuestros hijos si cada vez que nos muestran una prueba nos fijamos sólo en las respuestas malas?”, se pregunta Sarah Bentley, una de las cabezas del “Quality Circle Time” en Inglaterra (ver recuadro), durante una reciente visita a nuestro país. Si, por el contrario, partimos por decirles ‘mira qué hartas respuestas buenas tuviste’ y luego les ayudamos a corregir las malas, les mostramos que es importante su esfuerzo y que cuentan con nuestro apoyo para mejorar, reflexiona.
De la misma manera, se pueden aprovechar los momentos de mayor intimidad familiar, como la hora de acostarse, para hacer explícitas ciertas cosas que se consideren importantes. “Fuiste súper generoso hoy” o “me gusta que seas tan alegre” son maneras positivas de terminar el día.

estrategias

El “Quality Circle Time” es un programa desarrollado por la educadora británica Jenny Mosley con el fin de construir relaciones positivas en la comunidad escolar.
Se basa principalmente en dos herramientas:

• Las “reglas de oro”, orientadas a establecer disciplina en el colegio por medio de la promoción de valores morales. Las normas están expresadas en positivo: nosotros respetamos a los demás, nosotros escuchamos, nosotros botamos la basura donde corresponde, nosotros somos honestos, etc. De esa manera estimula el comportamiento deseado, en vez de centrarse en sancionar el indeseado.

• El “tiempo de círculo” es quizás la estrategia más difundida en nuestro país. Su objetivo es que los niños aprendan a expresarse y a escuchar y ya ha sido adoptada por algunos colegios británicos, como el Saint Gabriel’s y el Grange, así como por aquellos a los que asesora ValorasUC.

Los niños aprenden lo que viven
• Si viven siendo criticados, aprenden a condenar.
• Si viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
• Si viven siendo compadecidos, aprenden a sentir pena por ellos mismos.
• Si viven ridiculizados, aprender a ser tímidos.

Pero...
• Si los niños son estimulados, aprenden la confianza.
• Si viven la tolerancia, aprenden la paciencia.
• Si viven la aceptación, aprenden a amar.
• Si viven la aprobación, aprenden a quererse a sí mismos.
• Si viven la amistad, aprenden que el mundo es un buen lugar para vivir.

(www.hacerfamilia.net/revista/articulo.asp?reportaje=1077)

ANÁLISIS PERSONAL DEL ARTICULO

Durante mucho tiempo se ha sostenido que la aplicación de sanciones en el ámbito escolar, contribuye al mejoramiento del comportamiento escolar. Entendiendo comportamiento, de acuerdo a lo aprendido en Psicología de la Educación, como una conducta específica en un determinado momento.

Es por ello que con el fin de desarrollar en los niños (as) actitudes de responsabilidad, cumplimiento de deberes y normas es común que los profesores pongan anotaciones negativas a aquellos niños (as) que no dan cumplimiento a lo requerido. Es decir, si el niño(a) no trabaja en clases; no llega a la hora; no trae materiales; no hace la tarea...tiene una anotación negativa en el libro de clases.

Seguramente muchos de nosotros(as) tenemos recuerdos de algún compañero de curso al que le llenaron planas enteras con este tipo de anotaciones. Es más, algunos tenían el récord de dar vuelta la hoja con más anotaciones. Entonces, el penalizar estas "malas actitudes"¿contribuyó al desarrollo de "buenos hábitos en estos niños"?.¿Por qué luego de su primera anotación negativa no existió un cambio de actitud en el niño y por el contrario se repite el mismo comportamiento?.

De acuerdo al análisis realizado por la psicóloga escolar Trinidad Aparicio Pérez en la revista Pulevasalud.com, si las sanciones se utilizan como medio para corregir un comportamiento inadecuado, sólo son eficaces si no se utilizan con excesiva frecuencia ni como recurso principal. La sanción por sí sola no es suficiente, "debe ir acompañada de refuerzos positivos que enseñen al niño cómo sustituir su mala conducta por otra adecuada y felicitarle cuando lo consiga", señala la profesional.

Reconociendo que nuestra cultura educativa avala la utilización de sanciones, se debe procurar que éstas sean proporcionales y relacionadas con la falta cometida. Al preguntarle a un ex-alumno del colegio San Ignacio de Loyola de Valparaíso respecto de una sanción que haya recibido, recuerda que: por "tirarle la goma" a un compañero (con el propósito de pasársela), la profesora lo expulsa de la sala de clases. En este caso ,que puede ser muy común en algunos colegios, vemos como la sanción es desproporcional a la falta. Lo que correspondía, a mi juicio, era una amonestación verbal(sanción) que le indicara al alumno la manera correcta de entregarle la goma a su compañero e invitarlo a repetir la acción (refuerzo positivo).

Como educadores debemos contribuir al acrecentamiento del sentido de la realidad en los niños, es decir, que sean capaz de prever y de medir sus consecuencias(1). Debemos, de acuerdo a lo planteado por José Luis Castillejos en el Principio de Autonomía, contribuir a que los niños(as) tengan conciencia de la repercusión de sus actos; conciencia de su vida y de su proyecto de vida. Es decir hacerse responsables. En el caso expuesto, el niño debe comprender que el acto de tirar la goma pudo haber tenido consecuencias negativas para otros compañeros, pudo haber causado daño físico a algún compañero.

El artículo escogido da cuenta de los beneficios obtenidos al optar por un nueva manera de abordar la temática del mejoramiento del comportamiento escolar, el uso de estrategias más positivas en las que se reconoce lo bueno, se aplauden las buenas acciones.

Al reconocer lo bueno se valora el aporte del sujeto y el deber se construye con un sentido interno, dice Maria Alicia Haltegaray. No debemos olvidar que de acuerdo al Principio de la Individualización propuesto por José Luis Castillejos, la educación pretende el desarrollo positivo de cada niño, algo que sea bueno para la persona.

En las buenas experiencias de algunos colegios chilenos que han incorporado la idea de premiar las conductas deseadas de sus alumnos, el "premio" siempre corresponde a algo tangible, material, pero atención no se debe instrumentalizar los premios. Si lo que queremos es reforzar las buenas actitudes y los buenos hábitos de los niños(as) hay que encontrar el equilibrio para que los niños no adecuen su comportamiento en base al premio que quieren recibir. Es posible otorgar premios materiales en situaciones puntuales, pero no debemos olvidar que lo fundamental es el desarrollo de buenos hábitos y actitudes.

El ejemplo citado en el artículo en el cual el niño cubano se desconcentra y deja de hacer su tarea sin provocar mayor reacción en el profesor, es poco usual que se repita en nuestras escuelas. Por lo general los profesores se empeñan en que los alumnos hagan lo que se les solicita, de lo contrario son sancionados.


Si como futuros profesores nos empeñamos en reforzar las buenas actitudes, el niño desarrollará un deseo positivo para actuar de la forma adecuada y correcta porque verá lo satisfactorio y agradable que es convivir cuando se actúa con corrección.

Lo destacable, a mi juicio, del programa británico“quality circle time” es justamente que apunta a la construcción de relaciones positivas en la escuela. La manera de establecer disciplina es a través de reglamentos internos que indican las buenas actitudes y hábitos de los niños(as). Aquellos carteles en los que se destaca el NO han desaparecido (ej: NO correr en la sala; No botar basura; No gritar, etc). También se destaca la incorporación del “tiempo de circulo” un manera de desarrollar en los niños(as) actitudes de autoevaluación y crítica grupal. Este recurso es empleado con mayor frecuencia y la idea es fomentar el autocontrol y la responsabilidad a fin disfrutar de una sana convivencia escolar.

Si tenemos en cuenta que para los niños es válido “educar con el ejemplo”(2), debemos mostrarle modelos de actuación positiva, ya que de esta manera, ellos desarrollaran formas también positivas de actuar en su diario vivir.







(1)Andre Berger. La libertad en la educacion, página 106(texto de análisis de la asignatura Educación, Pedagogía e instrucción) Ed Kapelusz,1959.

(2) Frase citada por el profesor Carlos Moreno


AUTOEVALUACION

RUBRICAS/PUNTOS

1

2

3

4

5

1

Presento un texto que trata los temas desde una perspectiva educativa y es de mucho interés. (esto por que todos mis compañeros y compañeras están invitados a leer mis textos y comentarios)

X

2

Presento un texto que tiene una extensión mínima de al menos el equivalente en Word a 3 hojas de oficio. (el máximo no está regulado)

X

3

La presentación la he realizado de tal manera que sea de fácil lectura (respecto al color, tamaño y diseño de la letra) y se puede distinguir con claridad, en la presentación, el texto de mi análisis.

X

4

Le he incorporado al texto algunos gráficos o dibujos o fotografías alusivas al tema tratado, pues considero que esto invita a una lectura más amena y denota más interés por parte del o la autora del blog (y he incorporado mi propia fotografía)

X

5

Inicio mi análisis planteando como yo entiendo lo desarrollado por el autor (parafraseo)

X

6

Durante el análisis planteo con claridad mis planteamientos, críticas, puntos concordantes o discordantes con el autor/a.

X

7

Durante el análisis utilizo frecuentemente el recurso “citas de otros autores” para reforzar lo que he planteado yo, o algún punto que considero importante tratado por el autor del texto.

X

8

Las citas que utilizo son de diversas fuentes, tales como, otros autores buscados por mi, autores o ideas tratadas en clases, citas de presentaciones o disertaciones de mis compañeros, citas de artículos anteriores, etc.

X

9

Realizo en mi análisis aplicaciones o referencias a nuestra realidad educativa si es un texto extranjero, o a realidades educativas que yo he vivenciado para explicar con un sentido contextual el texto presentado.

X

10

En el último punto del análisis presento una síntesis de lo que he querido expresar, a modo de conclusión.

X

Suma parcial de puntos de cada columna:

0

0

6

12

25

Mi suma total de puntos, según la suma parcial anterior, es de…43….…puntos.

La nota de mi autoevaluación es: 6.0